sábado, 28 de enero de 2017

MICRORRELATOS, Por MARTÍN ALVARENGA (*)



EL CUENTO MÁS CORTO DEL MUNDO                                                                                  

Intenté escribir el cuento más corto del mundo en el cero infinito del papel en blanco. Al instante advertí, con seducción y pavor, que la página me devoraba con amorosa ternura.




KOAN DEL MISTERIO DEVELADO 

—¿Qué hay detrás de la muerte?                                                                                                     
—Una dentadura postiza flotando en el acuario del Paraíso Terrenal.




MICROCOSMOS Y MACROSMOS, UN SOLO REINO

No sé qué escribir, no sé qué pensar, me siento en un punto flotante y rítmico, melodioso y armónico. Un punto que abre sus fauces alcanzando el tamaño del universo.
No sé dónde estoy exactamente ubicado, pero Alguien me dicta que siga en el punto; lo que pasa ahora es que, esa misma señal, es el detalle y, a la vez, el todo. Cuando se me ocurre preguntarle al punto agujereado por qué no me caigo, éste me corta el rostro con delicada severidad.
—Por favor, no seas tan patético —dice burlón y continúa—: Es porque creés en mí, si no hace rato que te hubiera tragado.




SITUACIÓN LÍMITE  

Cuando uno camina por el borde de la realidad, ésta tiene un sostén, pero cuando la vida misma te da un contundente cachetazo, sentís el advenimiento de un preludio que conduce al abismo. Se terminan todas las palabras y comenzás a balbucear reaprendiéndolo todo lo que esté a tu alcance.
Quizás sea demasiado tarde o no, al experienciar ese vértigo de la caída hacia el fondo que se deshace en una pregunta por este bullicioso, efímero y trágico vivero. Te queda la provocación de reinventarte en un velocísimo balance, sabiendo que has venido al mundo y partirás del mundo con una mano atrás y otra adelante.




¿LA CONVICCIÓN PASA POR LA INTERROGACIÓN?

¿Que es estar ebrio? Es el poder de situarte en otro mundo desde este mundo. 
¿Qué es estar dopado? Emborracharte únicamente con la luz del sol.                            
¿Qué es estar loco? Mirar el mundo por el ojo de la cerradura santificando lo prohibido?
¿Qué representar ser transgresor? Caminar, volar y navegar en sentido contrario. ¿Qué es vivir? No pensar en que se vive, pues cuando lo pensás, te quedás totalmente petrificado hasta convertirte en la neutralidad de una roca que no tiene la bendición de ser mítica.
¿Qué es...? No sigas preguntando, dejá que el Azar te sople en la dirección que su insensatez prefiera.




TURISTA CON PASAPORTE SIN VENCIMIENTO    

Siempre fui un viajero petrificado que camina por un agujero negro; nunca caí en el abismo porque tuve mucha fe en mi poder de flotación.
Ahora resulta que la Muerte - con actitud arrogante - me dice:
—Cuando yo te baje la persiana, caerás.
No le respondo por la sencilla razón de que lo que expresa es inobjetable pero, apelando a la sinrazón, hago uso del derecho a réplica:
—Por obra y gracia de la imaginación, pobre desgraciada, no podrás detenerme.



(*) MARTÍN ALVARENGA. Escritor, pensador, periodista, ex docente de la UNNE y colaborador de Sol negro.

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